Hablar de compromiso político y espiritualidad cristiana exige tratar, entre otros temas, uno básico: el de las relaciones que existen entre la fe y la política. Se me ha pedido que lo desarrolle desde la perspectiva del Magisterio de la Iglesia. Este, a lo largo de la historia y especialmente en nuestro siglo, ha dado puntos orientadores, fruto de una experiencia multisecular, abierta al mismo tiempo a los cambios socio-culturales y a los signos de los tiempos.