Este ensayo reflexiona sobre la necesidad que tiene México de transitar de una sociedad que fomentó y ahora tolera la “opacidad” en las funciones públicas, a otra que propicie la transparencia en las acciones de gobierno, como una condición de supervivencia: tanto de la sociedad civil, como del Estado. Es imposible asegurar que el tejido social se proyecte hacia el futuro con cohesión y armonía si subsisten zonas oscuras que favorezcan el saqueo de recursos públicos, la corrupción institucionalizada, la impunidad, la prevaricación o la sistemática violación de los derechos humanos, particularmente en un tiempo donde el Internet y las redes o medios sociales, sirven además para desenmascarar y hacer visible lo invisible: denunciar las conductas corruptas y los vicios ocultos del sistema.
