Guerra civil de 1876 o guerra de las escuelas Autores varios - Ediciones LAVP

Guerra civil de 1876 o guerra de las escuelas Autores varios

Por Ediciones LAVP

  • Fecha de lanzamiento: 2019-12-05
  • Género: Historia de América Latina

Descripción

La guerra civil de 1876 también denominada como “La revolución conservadora de 1876” o “La guerra de los curas”, o “guerra de las escuelas” se inició en el Estado del Cauca en el mes de julio de 1876 contra el gobierno liberal del llamado Olimpo Radical; conflicto armado, que luego se extendió por los territorios de Antioquia, Tolima y Cundinamarca.
Meses más tarde la violencia política armada se amplió, aunque con menor intensidad, por los Estados de Boyacá y Santander. El antecedente inmediato que detonó el conflicto se suscribió a las elecciones a la presidencia de la Unión disputadas por Aquileo Parra y Rafael Núñez, con incidentes graves en algunos estados, entre ellos el de Bolívar.
Varios incidentes ocurridos mediados de 1875 presagiaron la guerra. Hubo un ataque de fuerzas militares del Estado de Bolívar a sus similares de la Unión, por esto el presidente Santiago Pérez alistó 3.000 hombres, que luego elevó a 10.000, de los cuales el Estado de Santander aportó 700 soldados.
Pero no fueron las facciones liberales enfrentadas en campaña las que libraron la guerra posterior, sino las dos facciones unidas contra los conservadores, que por su parte, nuevamente actuaron en alianza con la Iglesia católica. Entre las causas de la confrontación, los estudiosos del tema, señalan la Ley de inspección de cultos votada en el Congreso de la Unión
Cuando la revolución conservadora estalló en el Cauca a finales del mes de julio, el presidente Parra elevó la fuerza de la Unión a 3.445 y luego, el 16 de agosto, declaró turbado el orden público y decretó el alistamiento de 20.000 hombres. El 23 de ese mismo mes, después de un nutrido intercambio de correspondencia con los jefes liberales de Santander, Parra nombró a Solón Wilches jefe de los batallones de Santander
En todo el país los obispos, instigadores claros de la feligresía, fueron desterrados: de Pasto, de Popayán, de Medellín y Pamplona. El de esta última ciudad, Ignacio Antonio Parra, pudo regresar durante el gobierno de Wilches (1878-1880) en virtud de mediación que hiciera Camacho Roldán y también porque desde 1880 en Santander, los independientes establecieron alianza con los conservadores.