El humor se convierte en el arma que se defiende de la opresión, la injusticia, la violencia.
El gran solitario de Palacio es una obra sobre México, y sin embargo tiene algo del efecto globalizador que caracterizó al Boom latinoamericano: escrita en México, París y Madrid, se publicó por primera vez en 1971 en Argentina; y de alguna manera representa una realidad que se ha repetido una y otra vez en la historia de Latinoamérica. La novela es una sátira del solitario de Palacio: el dictador longevo, el caudillo ridículo; una aguda burla a la democracia invisible. Es también un vivo testimonio del movimiento estudiantil del 68 y la inolvidable matanza del 2 de octubre. En una fantástica dualidad, la novela es una crítica irónica, una especie de tragicomedia. La risa es la venganza perfecta, precisamente porque el humor es un idioma cómplice que se le niega al gran solitario de Palacio. La novela permanece vigente, ese México es actual todavía y hoy más que nunca se necesitan obras que despierten la conciencia colectiva. El gran solitario de Palacio ha resistido al paso del tiempo y va camino a convertirse en un clásico de la literatura hispanoamericana.
