En uno de los barrios más centricos y de mejor vecindario de una populosa ciudad, vive una familia compuesta por un comandante, su mujer, tres hijos pequeños y su suegra.
Era él todo un caballero en su porte, así como en su conducta; al cariño que demostraba a su mujer, que era muy joven y muy sencilla, se mezclaba la gravedad de un padre, y así formaban una familia tan unida como feliz. Era ella una paloma sin hiel, como dice la poética definición popular, y se hallaba tan satisfecha y dichosa en ser la escogida de aquel digno marido, como en ser la madre de los tres ángeles que sin cesar la rodeaban.