Publicado en 1891, en este relato prevalece el lirismo, con un narrador omnisciente que penetra en el mundo interior de los personajes, permitiéndose algún comentario irónico o humorístico, pero sin llegar nunca a la deformación caricaturesca ni al sarcasmo. Dividida en once capítulos breves, la narración se reparte estructural y conceptualmente en dos bloques narrativos.
