La equivocada idea de que la culpa política de la crisis es del liberalismo ha sido repetida hasta la saciedad en todos los medios de comunicación.
Muchas voces proclaman que la codicia es la culpable moral de la crisis, como si la perversión del ser humano fuera exclusiva de nuestra era.
Al revés de lo que habitualmente se supone, las finanzas y la banca están lejos de ser actividades caracterizadas por la libertad de mercado.
Los costosos rescates bancarios no son medidas inevitables ni incuestionables.
La necesidad de aumentar el gasto público para crear empleo es una estrategia errónea de política económica para salir de la crisis.
Si la culpa de la crisis no es del liberalismo, la solución no es el intervencionismo; si no es de la codicia, no se debería arrinconar la libertad; si no es del
mercado, la propiedad privada y los contratos voluntarios no se deberían limitar; si existe una alternativa al rescate bancario, los ciudadanos no tendrían
que pagar esa cuenta; y si hay alternativas al aumento del gasto público para crear empleo, la solución no debe pasar por el incremento generalizado de la
presión fiscal.
Entonces, ¿cuál es la solución? Ésta es la apasionante respuesta que te está esperando.
