Versión reducida para lectura rápida de "El traidor que hay en mí".
Hay una fuerza interna que conspira contra ti. Descubre cómo vencerla
Dios tiene un diseño para nuestra vida. En sus ideas está definido: quiénes somos, qué haremos y cuál es nuestra función en su plan Celestial. De todas las opciones, las suyas son las mejores, y de todas las versiones de nuestra vida, la suya es la mejor.
Pero, los rieles celestiales no son siempre nuestra ruta. El diseño del Cielo combate con el de la tierra. La imagen de Dios con la que moldeó al hombre, se opone al hombre moldeado por el mundo en el presente. En nuestro interior, conviven esas dos naturalezas, dos realidades, que están enemistadas a muerte.
La nueva creación divina es el barro con el que trabaja Dios formando una nueva humanidad, la otra realidad, es una antigua creación, el viejo hombre viciado con los deseos de la carne, no tiene remedio. Intentar mejorar a este último equivale a decorar una comida en mal estado, que solo puede ser descartada. Un diseño excluye al otro.
Judas pensó que había vendido a Cristo, pero se vendía a sí mismo. Me pregunto, ¿cuál es mi precio para evitar el pecado? Judas está dentro de mí esperando la oferta.
Hay un destello de esperanza. Cristo debía sufrir la traición para cumplir todo lo que debía hacer, pero nosotros no. Podemos ganar la batalla contra nuestro propio genio maligno. Podemos rechazar ser incitados al mal. Gracias a Cristo, está vez, podemos evitar una nueva escena de traición.
Puedes evitar ser un traidor para ti mismo y vivir la vida que Dios desea para ti.
