El mundo está cambiando, esto siempre ha sido así, pero la realidad es que en los últimos 100 años el ritmo de cambio ha venido creciendo de manera exponencial, como jamás en la historia. La forma en que el mundo ha enfrentado la llegada del virus conocido como COVID19, ha demostrado las posibilidades que los avances tecnológicos y de comunicación tienen, tanto para lo bueno como para lo malo. El mundo está cambiando a una velocidad nunca antes vista. Desde hace ya muchas décadas hay una serie de ideas, que se han hecho cada vez más importantes, que pretenden llevar al mundo a una gobernanza global. Para ello es necesario estandarizar normas y conductas que muchas veces vulneran los derechos individuales y las ideas nacionales de los pueblos. Pero un gobierno mundial, una estructura de poder que esté por encima de estados y naciones, requiere indefectiblemente un estándar moral, religioso y social que haga posible esa uniformidad necesaria que permita tener un gobierno único y global.
