El final ya está aquí
5
Por Mailoneso
Por dónde empezar esta reseña. 19:10 de la tarde, y calculo que lo empecé a leer a eso de las 8:22 de esta mañana. Si había un libro que quería leer, sin duda era este. Como comenté en el anterior, no conocí la historia de Ryan desde su origen allá por 2012, fue este año, por lo que todo el tobogán de emociones que me ha producido no puede ni compararse con la escala real de tiempo que implica la distancia editorial de las obras. ¿Significa eso que lo que siento es menos auténtico? Quiero pensar que no. Supongo que es como una caja de cerillas, en lugar de ir consumiendo una tras otra, he prendido todas de golpe. La alegría que sentí cuando Javier anunció que retomaba la historia a comienzos de verano no puedo explicarla ni con palabras. He empatizado con muchos libros, pero la conexión emocional que me unió a esta historia pocas veces la he sentido, bueno sí, dos, con un libro de Adam Silvera, y con los de esta saga, más concretamente, los narrados por Ryan. ¿Por qué? Sinceramente no lo sé. Ni ha contado una historia que yo haga vivido, ni ha pasado por ningún momento que pueda asociar a mi vida, ni ha experimentado (creo) ningún cuadro emocional por el que haya podido pasar con la misma intensidad. Pero, y anulando todo lo dicho anteriormente, es como si hubiera sido todo lo anterior lo que me conectara con él, como vivencias compartidas. Una extraña relación, desde luego. Y me da igual los comentarios de la gente, sus críticas, o la puntuación que le hayan podido dar porque lo que ha supuesto para mí, eso no lo puede cambiar nadie. Por eso decía que no tenía palabras para describir el momento en el que descubría que la historia que me dejó en un complejo estado emocional (aunque sea ficción) iba a tener una continuación y conclusión. Comienzo a hablar del libro y la historia.
Porque sí, algo que quizás fue lo que me atrajo, es que la historia es real, entendiéndose por real en que no cae en los típicos clichés, es dura y cruda en varios aspectos, asemejándose realmente a lo que podría ser una historia verídica, y no una ficción edulcorada pensada desde el minuto uno para que Disney adquiera los derechos de una producción audiovisual, aunque sea para un mayor rango de edad.
Ryan de mi vida y mi corazón, que dos tortas tienes a veces y que abrazaco con todas mis fuerzas te daría en otras (lo sé, ficción y entretenimiento, viajes del héroe, etc.,). Los Ángeles no le gustan ni a ellos, él, pero ¿significa eso que nunca tendría que haber pasado por ellos? La vorágine de sentimientos y emociones que despiertan en nuestro cabeza pensante las nuevas aventuras y situaciones, le hacen que se dé cuenta de la verdad, que aprenda que las palabras son nuestras más inagotable fuente de magia (como diría Dumbledore) y que, a veces, no es necesario jugar con ellas para entender su significado real, que las malinterpretaciones hacen más daño que bien y que nunca es tarde para dar un paso atrás, y volver a empezar.
Nuevos personajes algo más insípidos (de carácter) harán que la animadversión de Ryan hacia la ciudad se incremente más. Pero, ¿qué sería de la vida sin las coincidencias? ¿O sincronicidades? Ahí en donde entra en juego viejos-nuevos conocidos (¡un universo literario!), aún más que los anteriores de Lejos de Aquí, aunque me ha dejado con duda hacia los capítulos finales que creo no he sabido pillar la indirecta. Supongo que eso es lo bueno de los misterios, que la cabeza trabajará hasta resolverlos.
Poco más que contar sin desvelar nada. Bueno, una cosa sí. El “nuevo” Ryan, el “cambio” de Ryan, el “antiguo” yo, para nada, no lo creo así. Opino que la gente no cambia, nunca, la gente se comporta tal y como es en ese momento, todo el mundo sabe identificar lo bueno de lo malo, el interés de la generosidad, la incertidumbre de las certezas, incluso cuando te guía la empatía o la arrogancia. Eso no significa que no exista la evolución. La evolución, AKA cambio, es importante en todos nosotros porque supone una modificación de nuestros principios morales y de comportamiento que implican el progreso y el avance de nosotros como personas. (Acabo de borrar algo que era un spoiler gordo) A los personajes del libro les ocurre.
¿Es un broche de oro? Sí. ¿Es el mejor libro de la saga? Para mí podría serlo. ¿No te gustaría que hubiese más? Por supuesto que sí me gustaría, pero no, no quiero más. La historia es redonda, se completa, se cierra y se termina. No es necesario forzar más, ni alargar algo que solamente puede desmejorarlo. La historia está perfecta así, no necesita más. No tengo ni que pensarme la puntuación. El libro vuela entre las manos, hacia la mitad coge impulso y lo que parecen ser casualidades, se convierte en un delicioso giro que harán que todo encaje en su lugar. Y, por supuesto, se vendrá relecturas en el futuro.