Los Evangelios Apócrifos son los evangelios no aceptados por la Iglesia católica como “Inspirados por Dios”. Los Evangelios Apócrifos, en contra de lo que muchos cristianos afirman, no van en contra de los Evangelios canónicos oficiales (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), ni contra la Biblia, ni contra el cristianismo, simplemente los complementan.
Son unos textos imprescindibles para comprender en su totalidad la vida de Jesus, completando muchas lagunas de los Evangelios canónicos.
Aquí podrá encontrar los siguientes Evangelios Apócrifos:
Evangelio de Pedro
Evangelio de María Magdalena
Evangelio del pseudo-Mateo
Evangelio de Santiago
Evangelio árabe de la infancia
Evangelio armenio de la infancia
Evangelio de Santo Tomás (Redacción griega)
Evangelio de Santo Tomás (redacción latina)
Evangelio de José de Arimatea
Evangelio de Tomás
Evangelio de Bernabé
Evangelio de José el carpintero
Evangelio de los hebreos
Los Evangelios Apócrifos exponen muchas de las contradicciones de la Iglesia católica, pero no afectan a su esencia, a la fé y al amor por el projimo. Estos evangelios solamente pueden ofender a la la parte más dogmática de la Iglesia católica.
Los evangelios apócrifos son coetáneos a los evangelios canónicos y nos acercan más a la verdad sobre Jesús, su infancia, sus relaciones con su “compañera” Maria Magdalena, la muerte de José y hasta el nacimiento de la Virgen María.
Hasta el año 1546, cuando en el Concilio de Trento se fijaron definitivamente los libros canónicos y los apócrifos, muchos escritos apócrifos eran considerados por parte de la Iglesia como “inspirados por dios” (hay que recordar que el principal criterio para calificar a un libro de apócrifo es considerar que carece de inspiración divina).
Solamente las decisiones humanas de la iglesia durante siglos han hecho que unos evangelios escritos por gente tan cercana o más a Jesus como los escritos por Mateo Marcos, Lucas y Juan, fueran eliminados de la doctrina católica.
