La Consejería de Agricultura abandona al campo por la falta de recursos en las oficinas agrarias

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Las graves carencias de personal repercuten directamente en la asistencia a agricultores y ganaderos dentro de un sector que gestiona casi 600 millones de euros del pago básico de la PAC y que en 2021 exportó por valor de 2.881 millones

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denuncia la falta de personal y medios en las oficinas agrarias y los servicios de ganadería y agricultura dependientes de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, lo que genera una situación insostenible que condena al campo al olvido.

En la actualidad hay 74 oficinas agrarias en la región (16 en Cuenca y Toledo; 15 en Ciudad Real y Albacete, y 12 en Guadalajara), entre oficinas comarcales y unidades técnicas agrícolas y ganaderas. A pesar de ser un elemento clave como vertebrados y dinamizadores del mundo rural, y de ser la puerta de entrada de un sector agroalimentario que supone hasta el 17 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de la región, se encuentran totalmente abandonados.

La vicepresidenta de CSIF Castilla-La Mancha, Victoria Ortiz, señala que estos servicios son “esenciales”: gestionan la tramitación de subvenciones, actúan como registros oficiales, resuelven expedientes, emiten certificados y resuelven cualquier problema o duda.

Sólo en la tramitación del pago básico de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) se gestionan casi 600 millones de euros, a lo que hay que añadir la cantidad ingente de trámites que se realizan como son la cesión de derechos de pago, el control de la maquinaria agricola, la sanidad animal...

Con carácter general falta sobre todo personal administrativo que realiza, entre otras, las labores de registro y atención al público. Del total de plazas del catálogo de puestos de trabajo de la Junta de Comunidades en las oficinas agrarias, sólo el 70% están ocupados. Por ejemplo, en las provincias de Ciudad Real y Toledo hay un 30% menos de personal administrativo del que establece el catálogo de puestos de la consejería y con respecto al personal técnico (ingenieros técnicos agrícolas y veterinarios) resulta paradójico que las dos provincias con mayor superficie de viñedo, olivar y mayor número de cabezas de ganado sean las que tienen mayor carencia de personal técnico, con un 20-25% menos de efectivos.

“Sin ellos es absolutamente imposible gestionar la agricultura y la ganadería en nuestra región, estamos hablando de nuestra mayor fuente de riqueza. Los productos agroalimentarios de Castilla-La Mancha ocupan siempre el primer puesto en las exportaciones. En 2021 se salió al mercado exterior por valor de 2.881 millones de euros. Vino, aceite, queso… son nuestras señas de identidad, y están en riesgo”, sostiene Ortiz.

CSIF lleva años poniendo de manifiesto ante la administración las carencias de personal de estos servicios que repercuten directamente en la asistencia a agricultores y ganaderos, no se cubren las jubilaciones, ni las bajas de larga duración, ni las vacantes generadas por los concursos de traslados y además se elimina el presupuesto de estas plazas de modo que tampoco se espera su cobertura en un futuro cercano.

Al consejero de Agricultura ya los delegados provinciales “les falta el tiempo para hacer declaraciones enero en apoyo del sector agrícola y ganadero, pero lamentablemente los hechos brillan por su ausencia, el pasado mes de pedimos una reunión a Martínez Arroyo para tratar específicamente este tema y no sabemos nada”, concluye Ortiz.

LA PROVINCIA CON MÁS CARENCIAS
María Teresa Muñoz, delegada del Sector de Administración General de la Comunidad Autónoma de CSIF Ciudad Real, expone que uno de los graves problemas es la falta de personal para la realización de trámites administrativos, lo que genera sobrecarga laboral, colapso y una dilatación injustificable de todos los procesos.

En total son 62 los puestos de trabajo vacantes las diferentes oficinas y unidades de Ciudad Real, provincia en la que, junto a Toledo, se producen más carencias.
“No se cubren las bajas, ni las jubilaciones, a lo que se suma que las plazas ocupadas por personal laboral de las antiguas cámaras agrarias que desarrollan tareas administrativas se suprimen cuando estas se jubilan, aumentando la carga de trabajo para el personal que queda” , explica Muñoz.

De hecho, se están externalizando servicios con la subcontratación de gestiones con entidades bancarias y empresas en procesos como las solicitudes de las ayudas de la PAC y de apertura de explotaciones porque no pueden ser asumidos por propio personal.

A la falta de personal se suma la necesidad de renovar un parque móvil compuesto por vehículos inadecuados para viajar por caminos rurales y que en muchos casos hace casi imposible acceder a determinadas explotaciones agrarias y ganaderas.