Recuerda que el proyecto se inició en 2017, con un gobierno del PP al frente del país y con Isabel García Tejerina como ministra de Agricultura. Afirma que el PP-CLM lleva años presentando una enmienda a los presupuestos regionales para financiar la instalación de la línea eléctrica necesaria para el funcionamiento del regadío, enmienda a la que Page y el PSOE han votado siempre en contra.

La vicesecretaria general de Alternativa Política del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Ana Guarinos, ha lamentado este viernes la falta de credibilidad y de seriedad de Page al querer apropiarse de obras como la transformación en regadío en las zonas regables de Illana y Leganiel, en las provincias de Guadalajara y Cuenca, una infraestructura en la que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha no ha invertido ni un euro y con la que siempre se ha negado a colaborar.

 Así ha reaccionado Guarinos a las declaraciones de Page hoy en la presentación de estas obras junto al ministro de Agricultura del gobierno socialista de Sánchez, Luis Planas.

 La vicesecretaria general de los populares ha recordado que el proyecto de esta obra se inició en el año 2017, con un gobierno nacional del Partido Popular y con Isabel García Tejerina como ministra de Agricultura, una actuación que hoy es casi una realidad gracias a la iniciativa y al empeño de un gobierno del PP, en la que el PSOE de Sánchez y Page pretenden ponerse medallas que “no les corresponden” y “vender actuaciones como propias”, cuando la realidad es bien diferente.

 Además, Ana Guarinos ha recordado que en los presupuestos regionales del gobierno socialista de Page no aparece ni un céntimo de euro para la línea eléctrica necesaria para el funcionamiento de dicho regadío, pese a que durante los últimos años el PP ha presentado una enmienda para la ejecución de la línea eléctrica de este regadío, enmienda que, año tras año, ha sido rechazada por Page y el PSOE, razón por la que  los socialistas de la región y sobre todo su máximo responsable, Page, “tienen más que callar que hablar” y “nada de lo que presumir ni por lo que ponerse ninguna medalla”.

 Por último, ha criticado la poca credibilidad, y la costumbre que Page tiene de hacer suyos logros de los demás, además de la cara dura política de un responsable ebrio de poder al que muy pocos creen ya por vivir inmerso en un mundo de continuas mentiras y falsas apariencias.