UNICEF: unos 1.000 millones de niños y niñas están gravemente expuestos a los efectos de la crisis climática

Acercar Disminuir el zoom Imprimir

Los niños y niñas de República Centroafricana, Chad y Nigeria se encuentran entre los más vulnerables a los efectos del cambio climático, según el primer Índice de Riesgo Climático de la Infancia de UNICEF. España se encuentra en el puesto 117 de un total de 163.

 Unos 1.000 millones de niños y niñas —casi la mitad del total de 2.200 millones que hay en el mundo— viven en uno de los 33 países considerados “de muy alto riesgo” por los efectos del cambio climático en sus vidas. Concretamente, los jóvenes de República Centroafricana, Chad, Nigeria, Guinea y Guinea-Bissau son los más vulnerables a este fenómeno que pone en peligro su salud, su educación y su protección, y los expone a enfermedades mortales, según un informe que ha publicado hoy UNICEF.

 La crisis climática es una crisis de los derechos del niño: Presentación del Índice de Riesgo Climático de la Infancia es el primer análisis exhaustivo de los riesgos climáticos desde la perspectiva de los niños y niñas. En el índice, los países se clasifican en función de la exposición de la infancia a las perturbaciones climáticas y medioambientales, como los ciclones y las olas de calor, así como su vulnerabilidad a dichas alteraciones según su acceso a los servicios esenciales.

 Presentado en colaboración con Fridays for Future (Viernes para el Futuro) cuando se conmemora el tercer aniversario del movimiento mundial de lucha juvenil contra el cambio climático, el informe señala que unos 1.000 millones de niños y niñas se enfrentan a la combinación letal de estar expuestos a múltiples perturbaciones climáticas y medioambientales y ser altamente vulnerables debido a la precariedad de los servicios esenciales que reciben, como el agua y el saneamiento, la atención médica y la educación. Los resultados del documento muestran la cantidad de niños y niñas afectados en la actualidad y revelan unas cifras que seguirán empeorando a medida que los efectos del cambio climático se aceleren.

 “Por primera vez disponemos de un panorama completo que nos revela dónde y de qué forma los niños son vulnerables al cambio climático, y se trata de un panorama mucho más grave de lo que podíamos imaginar. Las perturbaciones climáticas y medioambientales están menoscabando la totalidad de los derechos de los niños y niñas, desde su acceso a un aire limpio, alimentos y agua potable, hasta su derecho a una educación, a una vivienda, a estar protegidos contra la explotación e incluso a sobrevivir. La vida de prácticamente todos los niños resultará afectada”, declaró la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.

 “Los niños llevan tres años alzando la voz desde todos los rincones del mundo para pedir que se tomen medidas. UNICEF respalda su reivindicación en favor del cambio con un mensaje irrefutable: la crisis del clima es una crisis de los derechos de los niños y niñas”, añadió.

 El Índice de Riesgo Climático para la Infancia expone los siguientes datos:

·     240 millones de niños y niñas están muy expuestos a las inundaciones costeras;

·         330 millones de niños y niñas están muy expuestos a las inundaciones fluviales;

·         400 millones de niños y niñas están muy expuestos a los ciclones;

·         600 millones de niños y niñas están muy expuestos a las enfermedades transmitidas por vectores;

·         815 millones de niños y niñas están muy expuestos a la contaminación por plomo;

·         820 millones de niños y niñas están muy expuestos a las olas de calor;

·         920 millones de niños y niñas están muy expuestos a la escasez de agua;

·         1.000 millones de niños y niñas están muy expuestos a niveles cada vez más elevados de contaminación atmosférica[1].

 Si bien casi todos los niños y niñas del mundo corren el riesgo de sufrir alguna de estas amenazas climáticas y medioambientales, los países más afectados se enfrentan a crisis múltiples y a menudo solapadas que podrían mermar el progreso en materia de desarrollo y aumentar las carencias de la infancia.

 Se estima que 850 millones de niños y niñas (1 de cada 3 en todo el mundo) viven en zonas donde se solapan al menos cuatro de las perturbaciones climáticas y medioambientales anteriormente citadas. Además, unos 330 millones de niños y niñas (1 de cada 7 en todo el mundo) viven en zonas afectadas como mínimo por cinco peligros considerables.

 Del mismo modo, el informe muestra incoherencias entre los países donde se generan las emisiones de gases de efecto invernadero y aquellos en los que los niños y niñas sufren las peores consecuencias del cambio climático. En conjunto, los 33 países “de muy alto riesgo” emiten tan solo el 9% de las emisiones mundiales de CO2. Por el contrario, los 10 países que generan más emisiones representan casi el 70% de las emisiones mundiales. Sin embargo, solo uno de estos países se encuentra clasificado como país “de muy alto riesgo” en el Índice.

 “El cambio climático es profundamente desigual. Aunque ningún niño es responsable del aumento de las temperaturas mundiales, ellos y ellas sufrirán las peores consecuencias. Los niños y niñas de los países menos responsables sufrirán más que nadie”, afirmó Fore. “Sin embargo, todavía nos queda tiempo para actuar. Mejorar el acceso de los niños a los servicios esenciales, como el agua y el saneamiento, la salud y la educación puede aumentar notablemente su capacidad para sobrevivir a los peligros del clima. UNICEF insta a los gobiernos y a las empresas a escuchar a los niños y dar prioridad a las medidas que los protejan de los efectos del cambio climático, al tiempo que aceleran el trabajo para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero”, agregó.

 Si no se toman las medidas necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero cuanto antes, los niños y niñas seguirán sufriendo más que nadie. En comparación con los adultos, los niños necesitan más alimentos y agua por cada unidad de peso corporal; tienen menos capacidad para sobrevivir a los fenómenos meteorológicos extremos; y son más susceptibles a las sustancias químicas tóxicas, los cambios de temperatura y las enfermedades, entre otros factores.

 “Seguirán surgiendo movimientos de jóvenes activistas por el clima que continuarán creciendo y luchando por lo que es justo, porque no tenemos elección”, anunciaron Farzana Faruk Jhumu (Bangladesh), Eric Njuguna (Kenya), Adriana Calderón (México) y Greta Thunberg (Suecia), pertenecientes al movimiento Viernes por el Futuro y coautores del prefacio del informe, al que también prestan su apoyo. “Debemos afrontar los hechos, reconocer que el cambio climático es una crisis y actuar con la premura necesaria para garantizar que los niños y niñas de hoy hereden un planeta habitable”, sostuvieron.

 UNICEF exige a los gobiernos, las empresas y los actores relevantes que tomen medidas como las siguientes:

 1.    Aumentar las inversiones destinadas a la adaptación y la resiliencia al clima en los servicios más importantes para la infancia. Si queremos proteger a los niños y niñas, a las comunidades y las personas más vulnerables de los efectos más graves del cambio climático que ya están comenzando a surgir, es necesario adaptar los servicios más importantes, como los sistemas de agua, saneamiento e higiene y los servicios de salud y educación.

2.    Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Con objeto de evitar los peores efectos de la crisis climática, es necesario emprender acciones contundentes de inmediato. Antes de 2030, los países deben reducir sus emisiones en un 45% como mínimo (en comparación con los niveles de 2010) para impedir que la temperatura aumente más de 1,5ºC.

3.    Proporcionar a los niños educación sobre el clima y competencias ecológicas, ya que son fundamentales para su adaptación y su preparación ante los efectos del cambio climático. A pesar de ser los menos responsables, los niños y los jóvenes sufrirán las desastrosas consecuencias de la crisis del clima y la inseguridad del abastecimiento de agua. Tenemos el deber de actuar en defensa de todos los jóvenes y de las generaciones futuras.

4.    Incluir a los jóvenes en todas las negociaciones y las decisiones relacionadas con el clima a nivel nacional, regional e internacional, incluida la COP26. Los niños y los jóvenes deben participar en todos los procesos de formulación de decisiones relacionadas con el clima.

5.    Garantizar que la recuperación de la pandemia de COVID-19 sea respetuosa con el medioambiente, genere bajas emisiones de carbono y beneficie a todo el mundo, de una forma que no ponga en peligro la capacidad de las generaciones futuras para abordar y responder a la crisis climática.

 España, en la zona media-baja del Índice

 España se encuentra en la zona media-baja de este Índice de Riesgo Climático para la Infancia, concretamente en el puesto 117, de un total de 163. “La acción es urgente y es muy definida. Hay que reducir las emisiones que generan el efecto invernadero, hay que trabajar para mitigar y para generar sistemas que ayuden a los niños y niñas a reducir el impacto de la crisis climática donde ya está afectando, y hay que tener muy en cuenta y fomentar la participación de niños y jóvenes en todas las decisiones que tengan que ver con la crisis climática. Ellos y ellas son los que van a vivir en un planeta que, si no actuamos rápido, será un lugar mucho más peligroso donde vivir”, ha advertido la responsable de la Programas de UNICEF España, Blanca Carazo.