UPYD se despide reivindicando la Constitución y la Política de Calidad

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La formación se disuelve tras 13 años de lucha por la regeneración democrática, el europeísmo y contra la corrupción.

Unión Progreso y Democracia (UPYD) anuncia su disolución tras 13 años de lucha por la regeneración democrática, por el europeísmo y contra la corrupción. La formación progresista decidió ayer no presentar recurso contra la resolución del juzgado de lo mercantil que decreta su liquidación, lo que supone de facto su disolución. 

UPYD se despide recordando su papel en la transformación política que ha vivido España en los últimos años, centrado en tres importantes aportaciones que integran su legado político.

En primer lugar, la ruptura del bipartidismo, logrando obtener más de un millón de votos y grupo político propio en un contexto de turnismo bipartidista, y abriendo una senda que más tarde completarían otras formaciones.

En segundo lugar, la anticipación de la actual agenda política, al poner sobre la mesa temas como la independencia judicial, la defensa del castellano, la financiación y modelo autonómico, las carencias de sanidad y educación fruto de la heterogeneidad entre CCAA o la ley electoral y la consiguiente sobrerrepresentación de los partidos nacionalistas. Por último, UPYD recuerda su incansable lucha política y judicial contra la corrupción, 

UPYD ha querido que este anuncio se realizase el día de la Constitución como símbolo de su razón de ser en defensa de la regeneración democrática. Desde su origen en el movimiento Basta Ya! en País Vasco y la Plataforma Pro, la formación magenta ha defendido una tercera vía para mejorar la calidad de la política en España. Los distintos portavoces del partido (Rosa Díez, Andrés Herzog, Gorka Maneiro y Cristiano Brown) han mantenido esta esencia.

La situación política española, cada vez más polarizada y estridente, han dificultado la consolidación de un centro progresista, transversal y moderado que sin embargo sí tiene un espacio político propio entre los españoles. La dirección actual de la formación se compromete a buscar nuevas fórmulas con las que volver a ser una herramienta útil para la sociedad.

El verdadero activo de UPYD, sus militantes, queda a la espera de que se den las condiciones para, en un futuro, retomar la lucha por devolver a la política española la dignidad que merece.