Con motivo del Día Internacional de la Juventud, Fad ofrece una radiografía de la juventud española a través de la tipología “Cinco tipos de jóvenes y cinco estilos de vida desde el uso del tiempo libre y las tecnologías”.
La juventud española: diversa en su ocio, unida y a la vez separada por la red
El uso de las nuevas tecnologías es uno de los puntos de unión de los distintos tipos de ocio que realiza la juventud española, aunque chicos y chicas utilizan los espacios digitales para diferentes actividades en función de sus características. Según la tipología “Cinco tipos de jóvenes y cinco estilos de vida desde el uso del tiempo libre y las tecnologías” encontramos un 20% de jóvenes integrados/as y normativos/as, un minoritario 13% que busca “diversión a toda costa de lo que sea”, un 23% que se declara “casero”, un 26% “habituales de la fiesta” y un 18% “desconectado del ocio”.
La mayoría
de ellos y ellas han incorporado las nuevas tecnologías como eje vertebrador de
las actividades que realizan en su tiempo libre. De hecho, un 74,6% declara que la actividad que más
realiza en su tiempo libre es chatear o navegar por internet. Las actividades de ocio digital
son más frecuentes entre los 15 y los 19 años y entre las mujeres. A
esto se añade que sólo el 22,7% de jóvenes declara realizar salidas nocturnas
con frecuencias altas.
Las
TIC y el uso intensivo de las redes sociales se muestran, así, como mediadoras
en las actividades de ocio pero también como una forma de ocio en sí misma que
optimiza las posibilidades y el tiempo disponible.
En
el Día Internacional de la Juventud, Fad
busca, a través de esta tipología, ofrecer una radiografía de la juventud
española a partir del uso y disfrute que realizan de su tiempo libre, el
papel que le otorgan a las TIC y la satisfacción vital que estos aspectos les
ofrecen.
Aunque
la tipología ofrece una serie de tendencias generalizables entre los y las
jóvenes, es imprescindible, a la hora de leerla, tener en cuenta la diversidad
de un colectivo que comparte edad pero que es tremendamente heterogéneo desde
muchos puntos de vista.
Esta clasificación se enmarca en la investigación “Ocio y modelos de vida. La inevitable consolidación de las tecnologías en el tiempo libre de la juventud”, realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, gracias a la financiación de Telefónica y Banco Santander. El estudio ha sido realizado a partir de un cuestionario online y 6 grupos participativos, aplicados en una muestra de 2000 jóvenes de ambos sexos con edades comprendidas entre los 15 y 29 años.
La
tipología, realizada mediante un análisis estadístico de clúster o
conglomerados, presenta el primer grupo, denominado integrados/as y normativos/as (20%) en el que encontramos una
juventud que se acoge a un modelo de ocio “políticamente correcto”. Es uno de
los tipos que más importancia ofrece al uso de redes sociales e internet y
enfatiza por encima de la media el uso de videojuegos y consolas.
Además, incorporan actividades culturales y educativas (lectura, asistencia a museos, exposiciones o espectáculos, etc.) como alternativa al ocio vinculado a las salidas nocturnas y a los juegos de azar y/o apuestas.
Este
conjunto presenta un optimismo vital desde ideologías del centro izquierda.
Encontramos en él más mujeres que hombres. Muchos de ellos y ellas son menores
de edad, estudiantes y pertenecen a clases medias.
El tipo 2, llamado “Diversión a costa de lo
que sea” (13%), representa el modelo estereotípico de “parque temático
juvenil” en el que prevalece el disfrute del ocio con énfasis en la marcha
nocturna. Las nuevas tecnologías son, para ellos y ellas, herramientas útiles
para “ligar más”, “conocer a gente”, “compartir lo que se hace” y, por lo
tanto, una prolongación del tipo de ocio que llevan a cabo.
Muestran
una gran satisfacción vital, a través de valores y comportamientos vinculados
con el presentismo y cuentan con los recursos y el tiempo necesario para
desarrollar su ocio. Además, manifiestan una tendencia más acusada hacia el
riesgo que el resto del conjunto.
En
este agrupamiento encontramos más hombres que mujeres. Suelen vivir en las
grandes ciudades y pertenecer a las clases media o alta. Viven en pareja y
trabajan.
El
tipo 3 Caseros (23%) es uno de los
más frecuentes y representa a los y las jóvenes con un tipo de ocio más casero
y menos variado. Destaca su valoración negativa de la práctica de todo tipo de
actividades que se desarrollan fuera del espacio del hogar, tanto las que se
refieren a las salidas nocturnas como las que tienen que ver con el ámbito
cultural.
Es
el grupo que dispone de menos recursos económicos y, por tanto, invierte menos
dinero que otros en su tiempo libre. Las nuevas tecnologías se perfilan como
aliadas de este ocio indoor en el que
predominan prácticas como jugar a videojuegos, chatear o navegar por internet.
Al igual que otros, también contemplan las redes sociales como un posible
escenario para relacionarse.
Es
uno de los grupos con una visión más pesimista del futuro, y uno de los que
considera que le resultará más difícil conseguir un trabajo acorde con sus
expectativas. Pertenecen a la clase baja o media, y conviven en núcleos
pequeños con la familia de origen. En muchos casos, están en paro y únicamente
han cursado estudios básicos.
Al
tipo 4, definido como “Habituales de la
fiesta”, se adscribe un 26% de la juventud española siendo, por ello, el
más numeroso. Ofrece un modelo de ocio centrado en la marcha y las salidas
nocturnas que presenta ciertas similitudes con el segundo grupo, pero se diferencia
claramente de él porque en sus prioridades no se encuentra la apuesta por el
riesgo. Además, compaginan la “fiesta” con otras actividades como hacer deporte
y le otorgan una especial importancia a estar con amigos y amigas.
Son
proclives al consumismo por lo que incorporan entre sus actividades de ocio
hacer compras online. Aunque, al igual que otros tipos, emplea las redes
sociales como herramienta para relacionarse con sus iguales.
Socialmente,
es un tipo más frecuente entre las mujeres, y entre quienes superan
los
20 años. También tiene más presencia entre quienes no se ubican en las clases
bajas, y en las grandes ciudades.
El
último grupo, los llamados
“Desconectados/as del ocio” (18%), es uno de los grupos minoritarios y se
presenta más distanciado del ocio como referente vital que los demás. Sienten
menos satisfacción con la vida en general y con el uso que realizan de su
tiempo libre en particular. Les resulta más ajeno que a los demás todo lo que
se vincula con la tecnología y las redes sociales. También puntúan por debajo
en jugar a videojuegos, chatear o navegar y ver películas o series online o en streaming.
Destaca
entre jóvenes de 25 a 29 años, y también entre las mujeres. Hay mayor
representación de este tipo en la clase baja y media-baja, en los núcleos de
población pequeños y entre quienes viven solos o solas. También destacan entre
quienes están en paro, y entre quienes se ubican en el centro o la izquierda
política.