Ecologistas en Acción recoge los datos publicados por el sistema de alerta rápida para piensos y alimentos (RASFF por sus siglas en inglés). Las notificaciones presentadas durante 2019 por metales pesados afectan a todo tipo de alimentos e incluyen, además del mercurio, a otros metales pesados como el cadmio o el plomo.
El mercurio en el pescado fue la primera causa de notificación de alertas en 2019
Durante el año 2019 el número de notificaciones por metales
pesados en los alimentos fue de 130, el mismo que en el año anterior.
Como viene siendo habitual, afectó a todo tipo de alimentos, siendo la
presencia de mercurio en el pescado y otros productos pesqueros la
primera causa de notificación y, en la mayor parte de los casos, con
origen español.
De
las 130 notificaciones presentadas, 63 fueron de alerta, lo que supone
un ligero incremento sobre los 57 del año 2018. Esta notificación de
‘alerta’ se envía cuando presenta un riesgo grave el contacto con un
alimento, pienso o material que está en el mercado y cuando es, o podría
ser, necesaria una actuación urgente en un país distinto al país
notificante.
Del
total de las notificaciones, 72 fueron por contenido en mercurio en
pescado y otros productos pesqueros. Y de esas 130 notificaciones, 42
casos de superación de mercurio en pescado tuvieron como origen España,
la mayor parte de las cuales fueron notificadas por Italia (34). De
estas últimas, 23 fueron alertas, superando las 16 del año anterior.
España sigue en la situación de inclusión permanente entre los diez primeros países con más notificaciones en los últimos años.
Según
Ecologistas en Acción, la situación es aún más grave de lo que muestran
los datos, ya que los límites establecidos por la UE son menos
estrictos que los establecidos por el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos
en Aditivos Alimentarios (JECFA), y referidos a la ingesta máxima
semanal de metilmercurio (1,6 microgramos por kg de peso corporal por
semana). Este criterio se ha establecido para proteger al feto en
desarrollo expuesto al metilmercurio a través de alimentos contaminados
ingeridos por la madre embarazada.
El
mercurio es un metal extremadamente volátil que puede ser transportado a
grandes distancias una vez se ha emitido a la atmósfera. Cuando se
deposita en un ambiente acuático, el mercurio se transforma en
metilmercurio, una potente neurotoxina que se acumula en los peces y en
los animales, y en los humanos que los consumen. El mercurio nunca
desaparece del medio ambiente, por lo que la contaminación de hoy
seguirá siendo un problema en el futuro.