“La pandemia de COVID-19 ha puesto a los sistemas de salud de la región bajo una presión sin precedentes. Los servicios de atención sanitaria primaria han disminuido o han quedado interrumpidos en muchos países.
COVID-19: la interrupción de la atención sanitaria primaria podría causar la muerte de 51.000 niños más menores de 5 años en Oriente Medio y África del Norte
Aunque apenas hay casos de COVID-19 en niños de la región, es evidente que
la pandemia les está afectando de primera mano. Otros 51.000 niños menores de
cinco años podrían morir en la región a finales de 2020 si se prolonga la
actual interrupción de los servicios esenciales de nutrición y salud y si
aumenta la desnutrición infantil.
Si esto ocurre, supondría un incremento de cerca del 40%, en comparación
con las cifras pre-COVID. Esto implica una regresión de los progresos en
material de supervivencia infantil de los últimos 20 años.
Una
combinación de factores podría contribuir a esta previsión desoladora.
Sobrepasados, muchos trabajadores de primera línea han desviado sus esfuerzos
para responder al brote, con un déficit de equipos personales de protección y
otros suministros esenciales. Los confinamientos, las restricciones de
movimiento y las barreras económicas pueden impedir aún más las dificultades de
las comunidades para acceder a atención sanitaria. Muchos temen contraer el
virus en las propias instalaciones sanitarias. Los niños y madres tienen, por
tanto, más probabilidades de quedarse sin intervenciones de prevención,
incluyendo vacunación, tratamiento de infecciones neonatales y de enfermedades
infantiles, atención durante el embarazo y el parto y servicios para prevenir
un aumento de la emaciación.
Pero podemos evitar este
escenario y permitir a miles de niños celebrar su quinto cumpleaños rodeados de
sus familias y amigos.
Hacemos un llamamiento para que se den los siguientes pasos, y confirmamos
que UNICEF y la OMS están comprometidos a apoyar los sistemas de atención
sanitaria en la región para implementar estas acciones:
·
La reanudación plena y
segura de las campañas de vacunación y los servicios de nutrición, siguiendo
las estrictas medidas de precaución para prevenir contagios, usando equipos de
protección personal, evitando la masificación y cumpliendo las normas de
espacio físico en las instalaciones sanitarias.
·
Priorizar y facilitar el
acceso a servicios de atención sanitaria primaria para cada niño, especialmente
los más vulnerables, a través de la disponibilidad de suministros y personal
sanitario.
- Equipar a los equipos comunitarios de
alcance en la región con los requisitos mínimos para prevenir y controlar
los contagios, incluyendo la implementación de medidas estándar de
precaución y equipos de protección.
- Invertir en iniciativas públicas de
comunicación y participación comunitaria eficaces para aumentar la
confianza en los sistemas sanitarios públicos y promover entre las
familias comportamientos de búsqueda de atención sanitaria.
Notas
para editors:
·
El dato de partida de mortalidad infantil de niños menores de 5 años en
seis meses es de cerca de 133.000 muertes. La mortalidad adicional de menores
de 5 años es de 51.000, lo que lleva el total a casi 184,000 muertes.
·
Los datos en esta nota de prensa conjunta se basan en el estudio
"estimaciones preliminares de los efectos indirectos de la pandemia de
COVID-19 sobre la mortalidad materna e infantil en países de bajos y medianos
ingresos". Este estudio fue realizado por la Escuela de Salud Pública
Bloomberg (Bloomberg School of Public Health), de la Universidad Johns Hopkins (JHU,
por sus siglas en inglés), y fue publicado en la revista The Lancet Global
Health, en mayo de 2020. El estudio proporciona indicaciones sobre la magnitud
potencial del impacto en las muertes infantiles y maternas en los países en
desarrollo, si los servicios de salud esenciales se ven interrumpidos y la
desnutrición aumenta como resultado de COVID-19.
·
Para la región, una disminución en el manejo de casos de infecciones
neonatales y enfermedades infantiles representa un tercio de las posibles
muertes adicionales, mientras que un aumento en la prevalencia de emaciación es
la causa de una de cada cinco muertes adicionales. Los otros factores
principales que contribuyen están relacionados con la interrupción de la
atención esencial al nacer y la inmunización. Este impacto potencial se debe a
una combinación de reducción en la oferta y la demanda de servicios de salud,
este último debido a barreras físicas y financieras para el acceso a la
atención médica y al temor de contraer el virus en los centros de salud.