Girando las hojas del calendario he recordado que este 12 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Sensibilidad Química Múltiple, el Sindrome de la Fatiga Crónica, la Encefalomielitis Miálgica y la Hipersensibilidad, enfermedades que afectan al sistema nervioso central.
Solidaridad con la Sensibilidad Química Múltiple
Estos días de confinamiento y
recogimiento a causa de la pandemia del COVID-19 me han servido para
reflexionar en cómo el coronavirus ha parado nuestro mundo, un mundo que ya se
había parado para las personas afectadas por estas enfermedades.
Personas que ya sabían lo que era el
confinamiento, el uso de la mascarilla en su día a día, las medidas de higiene
o el distanciamiento social. Que vieron cómo de repente su vida cambiaba de una
manera totalmente radical; que tuvieron que abandonar su trabajo y vivir casi
encerrados en una burbuja, con innumerables medidas de prevención para no
entrar en contacto ni con el aire ni con esos productos que tanto daño les
hacen.
Quiero pensar que más temprano que
tarde, acabará el confinamiento al que nos hemos visto abocados a consecuencia
del coronavirus. Sin embargo, no será así para aquellas personas que tienen una
alta sensibilidad a multitud de agentes y compuestos químicos presentes en el
medio ambiente. Para ellos su calidad de vida seguirá siendo limitada.
Por ello, me gustaría que este
confinamiento suponga una oportunidad para que toda la sociedad entienda por lo
que pasan habitualmente las personas con sensibilidad química múltiple, fatiga
crónica e hipersensibilidad que saben lo que es el encierro y la soledad, sin
tener el reconocimiento social que tienen otras enfermedades.
En mi etapa como parlamentaria del grupo
popular pude conocer y estar en contacto con asociaciones y personas afectadas
por sensibilidad química múltiple. Pude conocer sus testimonios de primera
mano, historias que me sobrecogieron pero también me hicieron admirar la
valentía y el coraje de quienes a pesar de las dificultades no han parado de
luchar por sus derechos.
Consciente de que en España se estima
que entre un 0,5% y un 12% de la población, dependiendo de los diferentes
grados, está afectada por Sensibilidad Química Múltiple, decidí presentar una
proposición no de ley para que la SQM fuera incluida en la Clasificación
Internacional de Enfermedades. Iniciativa que fue aprobada con el apoyo unánime
de todos los grupos
A pesar de que esta iniciativa supuso un
gran paso, aún son necesarias más medidas pues a día de hoy la Sensibilidad
Química Múltiple no cuenta con protocolos especializados, dificultando que en
muchos casos los afectados no cuenten con un tratamiento adecuado. Tratamientos
costosos que no están incluidos en la Seguridad Social, haciendo que solo estén
disponibles para unos pocos.
Espero que a pesar de la situación
dramática que estamos viviendo, el coronavirus sirva para aumentar la
sensibilidad social hacia un colectivo que ya sabía lo que es luchar contra la
adversidad, pues es una cuestión de justicia que estas personas puedan
disfrutar de los derechos básicos en materia de salud y asistencia y dejar esa
situación de indefensión en la que sienten que se encuentran.