La delegada del Gobierno regional reivindica en La Solana a los artesanos que basan su éxito en la buena materia prima y las recetas tradicionales

Acercar Disminuir el zoom Imprimir

La delegada de la Junta de Comunidades en Ciudad Real, Carmen Olmedo, ha aprovechado su visita a una panadería de La Solana “Juan Pedro e Hijos”, para reivindicar a los artesanos que demuestran que la calidad y la tradición también conducen al éxito.

“Juan Pedro e Hijos” es una empresa familiar que lleva cuatro generaciones elaborando pan y bollería con materias primas de primera calidad y siguiendo los procesos y recetas tradicionales, una trayectoria que les ha llevado a que sus productos sean apreciados en toda la comarca y reconocidos por su alta calidad.

Tanto es así que el Gobierno de Castilla-La Mancha galardonó con el premio Gran Selección 2019 al Pan de Cruz de “Juan Pedro e Hijos”, distinción con la que la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural reconoce los mejores productos tradicionales de nuestra Comunidad Autónoma.

Acompañada por el alcalde de La Solana, Luis Díaz-Cacho, Olmedo visitó el obrador que la familia Mateos-Aparicio Rodríguez Rabadán ha podido ir ampliando al cabo de los años para aumentar la producción y atender a su creciente clientela, y aseguró que empresas como “Juan Pedro e Hijos” son ejemplo de que “la apuesta por la calidad es rentable a la larga porque los consumidores cada vez la aprecian más y están dispuestos a buscarla”.

A este respecto, la representante del Gobierno regional destacó el apoyo que el Ejecutivo de Emiliano García-Page ofrece a las industrias del sector agroalimentario a través de programas como el de Fomento de la Calidad Agroalimentaria (FOCAL) y la importancia de estas ayudas para un área con tanto peso específico en la economía provincial.

La tercera de las convocatorias de ayudas FOCAL puestas en marcha por el Gobierno de Castilla-La Mancha se puso en marcha con una partida presupuestaria de 60 millones de euros, que unida a las dos convocatorias anteriores, suponen un total de 180 millones de euros de ayudas públicas para mejoras tecnológicas e innovación de la industria agroalimentaria, consiguiendo con ello movilizar más de 800 millones de euros privados en tan solo cuatro años.