Luis R.D., residente en Toledo, se encontraba en octubre de 2018 en Madrid cuando decidió utilizar un taxi para uno de sus desplazamientos. Durante el trayecto, un cambio de carril incorrecto del vehículo que circulaba a su izquierda obligó al taxista a pegar un frenazo para evitar una colisión.

A consecuencia del incidente, el usuario recibió un fuerte golpe contra la puerta trasera del taxi y tuvo que ser trasladado al hospital para ser atendido. El informe médico concluyó que Luis había sufrido una cervicalgia -dolor en la región cervical- postraumática, que se prolongó en el tiempo y requirió de una serie de cuidados especiales como tratamiento.

Sin embargo, cuando el usuario se dirigió a AXA, la aseguradora del vehículo que había provocado el accidente, para solicitar una indemnización, se encontró con una respuesta negativa. La compañía alegó que "la intensidad del siniestro (frenazo sin colisión) no acredita nexo con la lesión sufrida" y que no se había determinado "la responsabilidad para nuestro asegurado".

Luis decidió acudir entonces a FACUA Castilla-La Mancha para que ejerciera acciones en defensa de sus derechos. El equipo jurídico de la asociación se dirigió a la compañía de seguros para instarle a que abonara la indemnización correspondiente por el siniestro, que era responsabilidad del vehículo asegurado, tal y como acreditaban los testimonios del usuario y del taxista y el informe hospitalario.

En su escrito, FACUA Castilla-La Mancha recordaba que la Ley de Contrato de Seguro establece, en su artículo 18, que "el asegurador está obligado a satisfacer la indemnización al término de las investigaciones y peritaciones necesarias para establecer la existencia del siniestro y, en su caso, el importe de los daños que resulten del mismo", mientras que la ley de reforma del sistema para la valoración de daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación obliga al asegurador a "indemnizar al perjudicado en todos los daños que se le hubieren causado". Daños que, en este caso, estaban acreditados y cuya responsabilidad recaía en el vehículo asegurado por AXA.

Además, la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios recoge como derecho básico de los consumidores "la indemnización de los daños y la reparación de los perjuicios sufridos".

Finalmente, tras la reclamación de la asociación, AXA ha accedido a indemnizar con 326 euros a Luis por el accidente, que el usuario ya ha recibido.