Desde su puesta en marcha en abril de 2020 ya son más de 24.300 el total de llamadas recibidas. El 13 de enero es el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión.
Cruz Roja llama a crear comunidades empáticas con la depresión y la salud mental y promueve ‘Cruz Roja Te Escucha’ como soporte psicosocial
Cada vez son
más los medios, las personas famosas y las personas en su ámbito privado que
hablan sin tapujos de los problemas de salud mental; romper el estigma y hacer
que este problema se convierta en un asunto social para visibilizarlo y
combatirlo es hoy en día una de las grandes barreras que se superan, pese a que
aún quede mucho por hacer.
La falta de atención médica,
recursos o las barreras incluso culturales sobre la salud mental hacen que
luchar contra la depresión aún siga siendo necesario, para lo que el 13 de
enero, Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, Cruz Roja llama a la acción a la sociedad para cultivar la empatía y la
comprensión y construir comunidades solidarias que promuevan la salud mental,
desterrando mitos y estigmas, y con herramientas que ayuden a disipar la
problemática.
Según los datos de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es una de las enfermedades
más frecuentes y afecta a más del 3,8% de la población (5% en el caso de los
españoles según la encuesta europea de la salud de 2020). Contra antiguas
creencias, la depresión no es
simplemente sentirse triste o abrumado: es un estado mental que consume la
vitalidad, empañando la visión de la realidad y nublando la esperanza, por
lo que se convierte en un desafío complejo y muy diverso, que además se soporta
en la mayoría de los casos de manera silenciosa e invisible. Incide
notablemente en las tasas de mortalidad y morbilidad, además de ser la causa
principal de incapacitación.
Normalizamos el hecho de tener
ansiedad en nuestro día a día, o que no dormimos porque tenemos pendiente un
determinado proyecto que nos preocupa, o nos intentamos autoconvencer de que es
sólo una racha y todo va a pasar; sin embargo, éstos ya son síntomas más que
suficientes para activar nuestro mecanismo de defensa y autocuidado, ya que no hay que estar “muy mal” para pedir ayuda.
Desde Cruz Roja se detecta que la
mayoría de la gente que llama lo debería haber hecho 2 o 3 meses antes para no
necesitar una ayuda especializada de segundo nivel, o haber caído en la
desesperanza o un bucle negativo.
El soporte psicológico y psicosocial es fundamental. Para toda la población, de manera gratuita, anónima y confidencial, Cruz
Roja puso en marcha en abril de 2020 el servicio ‘Cruz Roja Te Escucha 900 107 917’ con el fin de dar alivio
emocional especialmente durante la pandemia.
Casi 4 años después, son 24.309
las llamadas recibidas (7.215 enero-noviembre 2023 - +6.16% frente a 2022 a falta de un mes para cerrar el año),
habiéndose convertido en un servicio imprescindible para la población, en el
que, lejos de la pandemia, se refieren
problemas de aislamiento o soledad, especialmente entre personas que tienen
además problemas de salud, discapacidad o están en situación de vulnerabilidad.
De todas las llamadas, el 4.65% necesitaron ser derivadas al siguiente nivel de
especialización en la atención y un 1.4% hasta el tercer nivel.
El 58.44% de las llamadas las
han realizado mujeres (14.274) y un 32.6% tienen edades comprendida entre los
50 y 64 años, si bien la mayoría de las llamadas se producen
entre los 30 y los 64 (entre 30 y 39 años, 15.44%; entre 40 y 49 años,
19.76%). Hay que destacar que se mantiene la tendencia de los últimos meses de
llamadas realizadas por personas menores
de edad, número que progresivamente va en aumento y ya casi alcanza el 9% de
las llamadas.
Al inicio del servicio eran
más las personas que llamaban por primera vez pero esta tendencia ha ido
cambiando y actualmente son más numerosas las personas recurrentes (52,68%) con
respecto a las que llaman por primera vez.
La contención, el soporte emocional y el acompañamiento es la
principal consulta que realizan los usuarios y usuarias de Cruz Roja Te
Escucha: casi el 70%, frente a quienes llaman para solicitar ayuda sobre
recursos o no tener necesidades básicas cubiertas.
La importancia de aceptar las emociones
La depresión es un trastorno
del estado de ánimo que afecta a la manera en que una persona se siente, piensa
y maneja las actividades diarias. A menudo, se asocia con una persistente
sensación de tristeza y pérdida de interés en actividades que antes se
disfrutaban. Este trastorno puede manifestarse de diversas formas, impactando
no solo en la salud mental, sino también en la calidad de vida en general.
Contra el estereotipo, una persona con depresión puede aparentar una
vida normal, sonríe, se relaciona y esconde sus sentimientos y emociones cada
día, pasando desapercibida incluso en su entorno. Éste es uno de los mayores desafíos al tratar la depresión, junto
a la falta de recursos, la de comprensión y empatía o el estigma asociado a los
problemas mentales.
Cruz Roja recuerda que ante
emociones desagradables que puedan acabar derivando en un problema de salud
mental es importante aprender a manejar
esas emociones para afrontar las dificultades que puedan ocasionar,
atendiendo a las señales de alerta que nos presentan, como la pérdida de energía, la irritabilidad, la sensación de vacío, el
aislamiento, o la sintomatología ansiosa, entre otras.
Cuando el malestar se mantiene
en el tiempo y puede interferir en la vida,
es necesario pedir ayuda profesional en lugar de tratar de continuar como
si no ocurriera nada; podría ser algo puntual o momentáneo, asociado a
situaciones desencadenantes concretas, pero también se pueden cronificar.
No tenemos que obligarnos a
sentir en todo momento emociones agradables, especialmente cuando pasamos por
situaciones complejas que se escapan de nuestro control (conflictos bélicos,
pandemia, desastres naturales...), pero sí es
importante no rechazar ni ocultar lo que sentimos ya que todas las emociones
son válidas.
Reconocer las emociones es el
primer paso para aprender a aceptarlas; hay que valorar y diferenciar todas las
que se sienten en un momento determinado, ponerles nombre e identificar su
causa (situación, pensamiento, recuerdo…); a partir de ahí, reflexionar sobre
si hay que actuar de alguna manera y hablar con personas sobre ello son pasos
importantes para comenzar a superarlas, dándoles la importancia que se merecen
y aceptándolas.