La eliminación de los vuelos cortos con alternativa ferroviaria de hasta cuatro horas ahorraría más de 300.000 toneladas de CO2 y 50.000 operaciones aéreas al año.
Ecologistas en Acción aboga por suprimir vuelos cortos y realizar los trayectos en tren
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Un estudio de Ecologistas en Acción analiza los impactos ambientales de
una posible eliminación de rutas aéreas domésticas que cuenten con una
alternativa ferroviaria de hasta cuatro horas de duración en el
territorio español.
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Un total de 11 rutas aéreas actualmente en servicio serían
potencialmente sustituibles por trayectos en tren, con un ahorro de más
de 300.000 toneladas de CO2, equivalentes a casi el 10 % de todas las
emisiones producidas por la aviación doméstica en España.
· La medida generaría un ahorro de 50 millones de euros anuales en externalidades y no presentaría problemas de viabilidad en lo que a competencia y tiempos de viaje se refiere.
· La medida generaría un ahorro de 50 millones de euros anuales en externalidades y no presentaría problemas de viabilidad en lo que a competencia y tiempos de viaje se refiere.
La
sustitución de los vuelos domésticos peninsulares que cuentan hoy con
una alternativa ferroviaria de hasta cuatro horas podría acabar con más
de 50.000 operaciones aéreas y 300.000 toneladas de CO2 anuales, según
un estudio presentado esta mañana por Ecologistas en Acción. De acuerdo
con el informe, estas cifras representan, respectivamente, el 13,1 % de
todas las operaciones domésticas en España y el 9,71 % de las emisiones
generadas por dichas operaciones.
Cabe recordar que, entre 2013 y 2019, las operaciones aéreas domésticas crecieron un 27 % en España
—y sus emisiones de CO2 asociadas un 30 % — muy por encima de países
como Alemania, que mantuvo prácticamente invariable su número de
operaciones internas; Francia, que las redujo un 5 %; o el Reino Unido,
que consiguió disminuirlas un 8 %.
En su estudio, elaborado tras el apoyo mostrado
por diferentes grupos políticos a una posible medida de eliminación de
vuelos cortos en la frustrada tramitación de la Ley de Movilidad
Sostenible, la organización ecologista ha analizado aquellas rutas
aéreas domésticas que disponen actualmente de una alternativa
ferroviaria de hasta cuatro horas de duración en territorio español.
Concretamente, la investigación identifica 11 rutas potencialmente
sustituibles que en 2019 transportaron a 5,92 millones de pasajeros, es
decir, el 34,8 % de los pasajeros peninsulares y el 13,9 % de los
pasajeros domésticos totales en España.
Cabe
destacar, por su importancia, la contribución de las operaciones entre
Madrid y Barcelona al conjunto de las rutas identificadas como
eliminables. En efecto, el corredor aéreo entre las capitales madrileña y
catalana registró en 2019 más de 15.000 operaciones que generaron más
de 168.0000 toneladas de CO2.
En
lo que se refiere a los impactos en emisiones de las operaciones aéreas
prescindibles por disponer de alternativa ferroviaria, el estudio los
cifra en 389.700 toneladas de CO2 en 2019, último año prepandémico con
un tráfico aéreo normalizado. Asumiendo que el 100 % de la demanda de
estos viajes aéreos se trasladara al tren, el ahorro neto de emisiones
se situaría en 306.125 toneladas de CO2 o, lo que es lo mismo, una
reducción de entre el 30 % y el 40 % de las emisiones de todo el tráfico
aéreo peninsular.
Por
otro lado, en 2019 las 11 rutas identificadas produjeron 408,6
toneladas de óxidos de nitrógeno y 2,7 toneladas de partículas en
suspensión potencialmente eliminables en caso de sustitución modal. Unas
cifras muy preocupantes debido a sus graves efectos sobre la salud de
la población cercana a los aeropuertos. No hay que olvidar que en un
radio de 20 kilómetros —distancia en la cual la concentración de
partículas procedentes del aeropuerto sigue siendo muy elevada—, solo en
torno a los aeropuertos de Madrid y Barcelona viven 5,8 millones de personas, una de las cifras más altas de toda la UE.
Junto
al ahorro de emisiones, el estudio analiza otras implicaciones
asociadas a la sustitución de vuelos por trayectos en tren. La primera
de ellas es la estimación de los costes económicos en concepto de
externalidades (impactos sobre la salud, el bienestar o daños en el
entorno habitable) de cada modo de transporte. El análisis descubre un
potencial ahorro de 50,6 millones de euros anuales en el caso del
reemplazo de las 11 rutas aéreas identificadas por sus trayectos
equivalentes en tren.
Por
otro lado, desde el punto de vista de la viabilidad se estudia en
primer lugar la capacidad del tren de sustituir al avión en las rutas
identificadas, especialmente en lo que se refiere al criterio de los
tiempos de viaje puerta a puerta. El informe demuestra cómo en la
totalidad de las conexiones analizadas el tiempo total de viaje en tren
es inferior al necesario para cubrir los mismos trayectos en transporte
aéreo.
Finalmente,
el estudio analiza los potenciales efectos sobre la competencia y la
concentración del mercado de la medida de eliminación de vuelos. En este
sentido, el análisis ha puesto de manifiesto la existencia a día de hoy
de una estructura de mercado caracterizada por unos enormes niveles de
concentración: 56 frecuencias diarias en las rutas analizadas en manos
del grupo económico IAG y solo una frecuencia diaria en manos de
Ryanair.
Pablo
Muñoz, coordinador de Aviación en Ecologistas en Acción, ha declarado:
“La sustitución de vuelos cortos por trayectos en tren es técnica y
legalmente viable, tanto por las alternativas ferroviarias existentes
como por los precedentes existentes en la UE. Además, resulta
enormemente necesaria: España es uno de los países de la UE donde más
han crecido los vuelos domésticos en los últimos años, con unos enormes
impactos en términos de emisiones totalmente incompatibles con los
objetivos que nos hemos dado”.