Unos 333 millones de niños sobreviven con menos de 2,15 dólares al día, según un nuevo informe de UNICEF y el Banco Mundial
1 de cada 6 niños y niñas del mundo viven en condiciones de pobreza extrema




NUEVA YORK/WASHINGTON D.C., 13 de septiembre de 2023 – Unos 333 millones de niños y niñas en todo el mundo, 1 de cada 6, viven en condiciones de pobreza extrema, según un nuevo análisis de UNICEF y el Banco Mundial publicado hoy.
El informeGlobal
Trends in Child Monetary Poverty According to International Poverty Lines -Tendencias mundiales de la pobreza
monetaria infantil según los Estándares Internacionales de Pobreza,
que por primera vez analiza las tendencias de la pobreza infantil
extrema, concluye que, si bien el número de niños y niñas que viven con
menos de 2,15 dólares al día disminuyó
de 383 millones a 333 millones (un 3%) entre 2013 y 2022, el impacto
económico de la COVID-19 provocó la pérdida de tres años de progreso, es
decir, unos 30 millones de niños menos de lo previsto de no haberse
producido las perturbaciones relacionadas con
la pandemia.
El
análisis, publicado antes de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea
General de las Naciones Unidas (del 18 al 22 de septiembre),
cuando los líderes mundiales se reunirán, entre otras cosas, para
discutir el avance a medio término de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS), advierte de que, al ritmo actual de reducción, no se
alcanzará el objetivo de poner fin a la pobreza infantil
extrema para 2030.
“Hace
siete años, el mundo hizo la promesa de poner fin a la pobreza infantil
extrema para 2030. Hemos logrado avances, demostrando
que, con las inversiones y la voluntad adecuadas, existe una manera de
sacar a millones de niños y niñas de lo que a menudo es un círculo
vicioso de pobreza”, ha afirmado la directora ejecutiva de UNICEF,
Catherine Russell.
“Pero
las crisis agravadas derivadas de los impactos de la COVID-19, los
conflictos, el cambio climático
y las perturbaciones económicas han estancado el progreso y han dejado a
millones de niños y niñas en la pobreza extrema. No podemos fallar a
estos niños ahora. Poner fin a la pobreza infantil es una elección
política. Se deben redoblar los esfuerzos para
garantizar que todos los niños y niñas tengan acceso a servicios
esenciales, incluida la educación, la nutrición, la atención sanitaria y
la protección social, abordando al mismo tiempo las causas profundas de
la pobreza extrema”, ha añadido.
Según
el informe, África subsahariana soporta la mayor carga de niños y niñas
(40%) que viven en la pobreza
extrema y representa el mayor aumento en proporción durante la última
década, pasando del 54,8% en 2013 al 71,1%o en 2022. El rápido
crecimiento demográfico, las medidas limitadas de protección social y
las desafiantes tendencias globales, incluidas la COVID-19,
los conflictos y los desastres relacionados con el clima, han derivado
en un fuerte aumento. Mientras tanto, todas las demás regiones del mundo
han experimentado una disminución constante de las tasas de pobreza
extrema, a excepción de Oriente Medio y el Norte
de África.
A
nivel mundial, los niños y niñas representan más del 50% de las
personas extremadamente pobres, a pesar
de ser solo un tercio de la población mundial. Los niños y niñas tienen
más del doble de probabilidades que los adultos (15,8%, frente al 6,6%)
de vivir en hogares extremadamente pobres, sin los alimentos, el
saneamiento, la vivienda, la atención médica y
la educación que necesitan para sobrevivir y prosperar.
“Un
mundo donde 333 millones de niños y niñas viven en extrema pobreza,
privados no solo de las necesidades básicas sino también
de dignidad, oportunidades o esperanza, es simplemente intolerable”, ha
valorado por su parte el director global de Pobreza y Equidad del Banco
Mundial, Luis Felipe López Calva.
“Es
más importante que nunca que todos los niños tengan un camino claro
para salir de la pobreza, a través de un acceso equitativo
a una educación, nutrición, salud y protección social de calidad, así
como a seguridad y protección. Este informe debería ser un claro
recordatorio de que no tenemos tiempo que perder en la lucha contra la
pobreza y la desigualdad, y que los niños deben estar
en primer lugar en nuestros esfuerzos”, ha agregado.
Los
niños y niñas más vulnerables –como quienes viven en entornos rurales y
en hogares donde el cabeza de
familia tiene poca o ninguna educación– se ven significativamente más
afectados por la pobreza extrema. Según el estudio, se estima que 1 de
cada 3 niños y niñas en países afectados por conflictos y fragilidad
vive en hogares extremadamente pobres, en comparación
con 1 de cada 10 en estados no frágiles.
Para poner fin a la pobreza extrema y compensar el retroceso de la pandemia, UNICEF y el Banco Mundial
instan a los gobiernos y aliados a:
-
Garantizar
un enfoque continuo en los niños y niñas que viven en pobreza extrema
en países de ingresos medio-bajos y bajos y en contextos frágiles.
-
Dar
prioridad a las agendas destinadas a abordar la pobreza infantil,
incluida la ampliación de la cobertura de protección social para los
niños y niñas, de forma que llegue a quienes viven en hogares
extremadamente pobres.
-
Diseñar
políticas públicas para llegar a las familias numerosas, con niños
pequeños y en zonas rurales. Invertir en la primera infancia ha
demostrado ser una de las formas más efectivas de acabar
con la persistencia intergeneracional de la pobreza, generando retornos
positivos para las personas, las familias y las sociedades.
-
Aumentar el acceso a las prestaciones infantiles universales como medida probadamente eficaz para reducir la pobreza infantil.
- Diseñar programas de protección social inclusivos, teniendo en cuenta la discapacidad y las necesidades específicas de género.