Más de cien personas son cooperantes a través de Cruz Roja Española

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En todos los rincones del mundo, puedes encontrar a un voluntario o voluntaria de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja haciendo cosas increíbles, ya sea prestando primeros auxilios o servicios médicos de urgencia a las víctimas de un desastre; ofreciendo un oído amigo y atento a las personas que luchan con su salud mental, ayudando a las personas que se desplazan a acceder a servicios humanitarios vitales a lo largo de sus viajes, para que no estén solas; reuniendo a las familias que han perdido a sus seres queridos a causa de un conflicto o una crisis; estableciendo sistemas de alerta temprana, para que las comunidades sepan cuándo se aproximan peligros y cómo mantenerse a salvo; trabajando por el desarrollo comunitario y la creación de empleo en una zona sin recursos; o preparando comidas calientes y creando refugios para personas que han perdido su hogar.

Todos ellos y ellas se dedican a servir, apoyar y cuidar a las personas vulnerables, en todo el mundo.

No importa la crisis, no importa lo difícil que sea el reto, no importa quién necesite ayuda y no importa dónde se encuentre: el personal humanitario de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja está siempre ahí.

Desde España, son 106 los delegados y delegadas de Cruz Roja que se encuentran fuera de nuestras fronteras para dar un paso más en su ayuda: Honduras, Colombia, Mali, Níger, Líbano, Palestina… y así, 30 países y hasta cerca de 150 misiones anuales son las que desarrollan en África, América, Asia, Europa y Oriente Medio.

Cubrir las necesidades que puedan tener estas poblaciones en ámbitos como la salud, el acceso al agua o la erradicación de las desigualdades son motivaciones más que suficientes para las personas que realizan cooperación internacional con Cruz Roja. En lo que llevamos de año, ya son más de 278 los proyectos en desarrollo, y 106 los delegados y delegadas, prácticamente igualados en cuestión de género.

África sigue siendo la región en la que más población necesita ayuda, y hasta la que más personas se desplazan (64) seguidas de América (24), Asia (17) y Europa (11).

Gracias a todos ellos y ellas se está llegando en el año en curso a más de 8.150.000 personas, de las que casi 6 millones se encuentran en el continente africano.

 

África

La crisis económica que arrancaba con el conflicto de Ucrania y la consecuente falta de abastecimiento de productos alimentarios, la subida de los precios de la energía y el transporte, los efectos del cambio climático y las malas cosechas, y la continuidad de situaciones de conflicto e inestabilidad en muchos países africanos han agudizado la inseguridad alimentaria de 146 millones de personas en este continente.

Los efectos sanitarios y socioeconómicos de la COVID-19 persisten. Algunos países han avanzado en la vacunación, pero otros están lejos de cierta seguridad sanitaria. Por la priorización de las medidas frente a la COVID-19, ha habido brotes de sarampión, polio o fiebre amarilla. A ello hay que añadir el cólera y el ébola.

A esto hay que sumarle que la inestabilidad política y social no ha mejorado: en los últimos 18 meses se han producido 6 golpes de Estado.

Para hacer frente a estas circunstancias, Cruz Roja Española mantiene su apoyo a las Cruces Rojas y Medias Lunas Rojas de 14 países, desarrollando acciones de ayuda humanitaria, cooperación al desarrollo y fortalecimiento de las capacidades locales, tanto de las administraciones públicas como de la sociedad africana.

Brinda apoyo a más de 6 millones de personas beneficiarias a través de 120 proyectos de ayuda humanitaria y desarrollo con los que promueve el acceso al agua potable, sistemas de saneamiento e higiene, y fortalece las capacidades de las mujeres africanas para reducir su vulnerabilidad y generar redes de apoyo y protección en materia de desarrollo económico y sanitario.

Igualmente, en 2022 ha seguido apoyando a las personas migrantes, fundamentalmente en la región de África Occidental.

América​

Los movimientos migratorios y desplazamientos internos en busca de oportunidades económicas o huyendo de la violencia y la falta de recursos y de acceso a servicios básicos, siguen originando graves situaciones de vulneración de derechos y de extrema vulnerabilidad. Por eso, Cruz Roja continúa trabajando en Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, México, Colombia y Ecuador en atención y protección a la población migrante y desplazada a causa de violencia o conflicto y con las comunidades de acogida, fortaleciendo las capacidades de las instituciones públicas y de la sociedad civil para mejorar sus protocolos de atención y protección. ​

Haití continúa siendo el país que presenta más desigualdades, con más de la mitad de su población en situación de inseguridad alimentaria, en un contexto de gran inestabilidad por la violencia y la inflación. Por eso, Cruz Roja desarrolla acciones de seguridad alimentaria, diversificación y protección de los medios de vida, contribuyendo así a la reducción de la pobreza y al crecimiento del tejido productivo. Las acciones de salud, agua y saneamiento para responder al brote de cólera centran el trabajo de los últimos meses, con el objetivo de contribuir al control de esta enfermedad. ​

La generación sostenible de ingresos y la inclusión socioeconómica de mujeres y hombres en situación de vulnerabilidad han sido el objetivo de intervenciones en Colombia, Ecuador, El Salvador y Honduras, entre otros países.

Además, es importante el refuerzo de capacidades de preparación y respuesta ante desastres a nivel comunitario. Para ello, se elaboran planes de contingencia y se sensibilizan a comunidades en riesgo de desastres en Haití y Nicaragua. ​

 

Asia​

En los tres últimos años, Asia-Pacífico ha sido azotada por el aumento de la frecuencia e intensidad de las crisis de origen humano y las catástrofes naturales, así como por la crisis sanitaria que ha causado la COVID-19 y sus consecuencias. ​

Las necesidades humanitarias y las vulnerabilidades han aumentado, ya que el progreso medio continúa excluyendo de forma desproporcionada grupos de población vulnerables como las mujeres, personas desplazadas internas o poblaciones rurales. Además, en Asia se concentra una cuarta parte de los conflictos del mundo y varias crisis prolongadas, y es una de las regiones más vulnerables a desastres naturales y castigada por las consecuencias del cambio climático. ​

En Filipinas, se apoya a la Cruz Roja local para responder a las necesidades humanitarias causadas por el Tifón Odette con actividades para socorrer a la población afectada y garantizar el acceso a comunidades afectadas, transferencias en efectivo destinadas a cubrir necesidades básicas y proteger los medios de vida de las familias más vulnerables, y la distribución de artículos esenciales y kits de construcción y herramientas para la reparación de alojamientos. ​

En la isla de Mindanao, de las más pobres de Filipinas, Cruz Roja continúa apoyando al sistema de salud en su respuesta ante la pandemia y mejorando el acceso de las personas vulnerables, medidas para mitigar el impacto socioeconómico, mejorar los sistemas de preparación, respuesta y mitigación ante desastres de las comunidades y su adaptación al cambio climático, y en el apoyo a mujeres y de agricultores para fortalecer y diversificar sus medios de vida. ​

En áreas urbanas como Manila se busca crear oportunidades laborales con jóvenes con orientación personalizada, formaciones y mediación, se trabaja en el diseño de intervenciones comunitarias y municipales para mejorar la gestión de residuos sólidos y la economía circular. ​

Además, trabajamos codo con codo con la Cruz Roja Indonesa en el sector de agua y saneamiento y con acciones formativas con la colaboración del Centro de Medios de Vida. ​

Oriente Medio​

Los conflictos en Oriente Medio y el Norte de África han aumentado los retos a los que se enfrentan los refugiados y la población desplazada internamente en toda la región. Tras casi 12 años de crisis en Siria y las graves consecuencias sanitarias y económicas provocadas por la COVID-19, cada día son más las necesidades humanitarias en la región, que ya cuenta con más de 15 millones de desplazados internos. ​

La severa recesión socioeconómica del Líbano y las graves consecuencias de la pandemia han provocado un aumento de la pobreza extrema y de los riesgos de protección para los refugiados sirios y la población libanesa, además de la acusada inflación que ha devastado el poder adquisitivo de la población. ​

Desde Cruz Roja Española se realizan acciones para asegurar el acceso a los servicios de atención primaria de salud de la población libanesa más vulnerable, atención psicosocial y medidas para responder a los efectos de la COVID-19. Además, se han iniciado dos nuevas intervenciones, una que contribuirá al desarrollo económico local y creará oportunidades de generación de ingresos entre jóvenes y mujeres y una segunda intervención que permitirá abastecer de unidades sanguíneas a 19 hospitales libaneses. ​

En Palestina las acciones siguen centradas en el acceso a los servicios sanitarios, a nivel de centros de atención primaria de salud, en el ámbito hospitalario y en servicios médicos de emergencia. Se presta especial atención a la salud sexual y reproductiva, a las necesidades de las personas con enfermedades crónicas y a las personas que han necesitado un apoyo para la mejora de su salud mental. A su vez, Cruz Roja Española colabora para mejorar los servicios de rehabilitación de la Media Luna Palestina, que atiende a personas con discapacidad y a sus familias con servicios médicos especializados​, y les apoya en casos de emergencia para dar respuesta a las necesidades humanitarias inmediatas de la población, a través del equipamiento y suministros médicos de los servicios de transporte sanitarios (ambulancias), centros de salud y hospitales.​

Europa​

Durante 2022, el trabajo de los delegados y delegadas de Cruz Roja Española se ha centrado en la respuesta a las personas afectadas por el conflicto en Ucrania con el despliegue de recursos humanos especialistas tanto en Ucrania como en los países vecinos para apoyar la coordinación y la respuesta de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) en ámbitos como la salud, la gestión de voluntariado, la protección de género e inclusión, la logística, el empleo, la coordinación de distribuciones o el agua y saneamiento, entre otros. Además, en coordinación con la FICR, se han desplegado unidades móviles de salud para apoyar la asistencia sanitaria a personas afectadas por la crisis de Ucrania en Hungría, que también han realizado actividades de formación del personal de la Cruz Roja Húngara para la promoción de la higiene entre la población refugiada y con actividades en espacios amigables para los niños y niñas, e intervenciones psicosociales en estaciones de tren y albergues. ​

En Ucrania, Cruz Roja Española cuenta con una especialista en el país para realizar un estudio de necesidades en materia de empleo para desplazados internos y familias de acogida.

En Polonia, se diseñó una intervención dirigida a mejorar la empleabilidad y el acceso al mercado laboral local de las personas que han huido del conflicto en Ucrania y que se han establecido temporalmente en el país vecino.