Los adolescentes reclaman que la salud mental deje de ser un tabú y que se actúe ante un problema que puede llegar a comprometer su futuro

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UNICEF ha lanzado hoy, coincidiendo con el Día de Acción por la Salud Mental, On my mind. How adolescents experience and perceive mental health around the world (En mi mente. Cómo experimentan y perciben los adolescentes la salud mental en todo el mundo), una pieza complementaria al Estado Mundial de la Infancia dedicado a salud mental que la organización presentó el pasado mes de octubre.

El informe nace de las sesiones realizadas en 13 países[1] por 71 grupos de niños, niñas y adolescentes de 10 a 19 años que hablaron sobre sus mayores retos emocionales, cómo los abordan y cómo influyen –para bien y para mal- la familia, los amigos y los profesores.

 

La publicación recoge los temas que más preocupan a los niños, niñas y adolescentes de 10 a 19 años, y refleja la importancia del contexto en el que viven, ratifica que el estigma les disuade de buscar ayuda y concluye que los adolescentes piden más apoyo a familias y docentes.

 

Por ello, el informe recomienda escuchar a los niños, niñas y adolescentes sin minimizar su dolor; apoyar a las familias, padres y cuidadores para que puedan comprender mejor las necesidades de los adolescentes en un mundo cambiante; y garantizar que las escuelas apoyen la salud mental para que los niños se sientan seguros y conectados.

 

En el marco de esta publicación, UNICEF España ha promovido un diálogo entre adolescentes y Patricia Ramírez, psicóloga y divulgadora conocida en redes sociales como ‘Patri Psicóloga’. Durante la charla los chavales expresaron sus opiniones sobre las diferentes temáticas abordadas en el informe, y respondieron a las preguntas planteadas –a través de vídeo- por el piloto de motos Marc Márquez, la jugadora de bádminton Carolina Marín y la nadadora Ona Carbonell.

 

“Acudimos antes a nuestros amigos que a un profesional porque los amigos son el espacio más seguro. Hay mucha gente que no tiene tanta suerte y no puede hablar de estas cosas con sus padres”, cuenta Irene, de 15 años. Y es que “sigue habiendo una barrera cultural, un tabú, respecto al tema de ‘Voy al psicólogo’ (…). No lo tenemos que ver como algo extraordinario”, afirma Clara, de 17 años. Además, “ir a un psicólogo no es accesible ahora mismo, es casi un privilegio, cuando debería ser un derecho”, opina Lara, de 20 años. “Pedimos más escucha por parte de las instituciones y del gobierno. La juventud está sensibilizada con temas como este y aboga por un cambio. Tenemos mucho que decir”, concluye Fran, de 19 años. 

 

En nuestro país, la pandemia de COVID-19 y la crisis socioeconómica derivada de esta han impactado en la salud mental y el bienestar emocional de los niños, niñas y adolescentes.

 

“Tal y como reflejan los propios adolescentes, si cuentan con el entorno y las herramientas adecuadas la mayoría serán capaces de normalizar sus vidas y tener una evolución positiva”, ha asegurado Gustavo Suárez Pertierra, presidente de UNICEF España. “Sin embargo, hay grupos especialmente vulnerables, como quienes ya tenían algún problema de salud mental diagnosticado previamente, las víctimas de violencia, quienes sufrieron aislamiento, separaciones y/o duelos debido a la COVID-19, los que están en riesgo de pobreza infantil o en familias en situación de desempleo, y los niños migrantes y solicitantes de asilo”, ha agregado.

 

Por ello, y en este contexto, UNICEF España valora los últimos anuncios realizados por el Gobierno, como la reciente aprobación del Plan de Acción de Salud Mental 2022-2024 por parte del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud o el lanzamiento de la línea 024 de atención a la conducta suicida (que debería prestar atención especializada a las necesidades de niños, niñas y adolescentes).

 

El Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas ya recomendó a nuestro país que debía contar con una Política Nacional de Salud Mental de la Infancia y la Adolescencia. Por ello, UNICEF España recomienda que se multipliquen los esfuerzos para asegurar que se trabaja en esa dirección, y que en el corto plazo se garantice:

 

·         Una inversión suficiente para las acciones clave para la infancia que incluye el Plan de Acción.

·         Incrementar la disponibilidad de recursos especializados que aseguren una atención de calidad a los niños, niñas y adolescentes que lo necesiten.

·         Fortalecer el enfoque multidisciplinar para que cobren protagonismo en este abordaje todos los sectores relacionados con la salud mental, bienestar emocional y acompañamiento psicosocial de la infancia.

 

Para lograr esto, un paso importante será la creación del Grupo de Salud Mental e Infancia que se ha comprometido en el Plan de Acción recién aprobado, así como que se garanticen los mecanismos de participación adecuados para niños, niñas y adolescentes.