HAMBRE O VENENO

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La soberanía alimentaria de la Unión Europea ha sido dejada de lado en favor de tratados internacionales que perjudican a los precios en origen, a pesar de las exigencias ambientales, sociales y laborales que se deben cumplir desde el sector agrario en nuestra región. Tras la destrucción paulatina del propio tejido primario, ahora ante el desabastecimiento se recurre a productos de terceros que no cumplen con las exigencias ambientales de la Unión Europea.

Hambre o veneno es la disyuntiva que nos ofrecen la Unión Europea y nuestro gobierno, a través
de su ministro de agricultura
, Luis Planas.
Tras dé
cadas de minado del tejido productivo agropecuario por parte de nuestras instituciones, se
ha pasado de una situación de excedentes alimentarios a otra de escasez
, que nos ha hecho
totalmente dependientes de la importación de países terceros. Hoy de
bido a la situación
internacional se produce desabastecimiento de los mercados comunitarios.

La solución dada por la Unión Europea y nuestro gobierno es
la de importar productos tratados
con sust
ancias prohibidas en la Unión. Éstas sustancias se prohibieron hace años por su carácter
mutagénico
, carcinógeno o por afectar gravemente a fauna y flora.
Nos encontramos
por tanto con autorización de importar productos como por ejemplo el maíz
argentino transgénico
, que también es algo prohibido en la Unión Europea porque se desconoce
las consecuencias que pueda tener sobre la salud humana y ambiental
por la introducción de genes
de animales o bacterias en las plantas. En estos países terceros siguen autorizadas y en uso

sustancias como el clorpirifos
, prohibido hace una década en la Unión Europea.
Por lo
que ahora nos dan a dar a elegir entre desabastecimiento y hambre, o veneno. En lugar de
potenciar el tejido productivo agropecuario de la Unión Europea y de España
, en particular
deciden importar sustancias nocivas de países tercer
os debilitando aún más la estructura
agropecuaria comunitaria al verse
ésta forzada a competir con estos productos. Esta situación
provocara aún más desabastecimiento al destruir mayor número de explotaciones
, lo que a su vez
provocara una mayor dependencia
de productos nocivos de países extraños a la Unión Europea.
Todo esto ocurre porque se ha perdido de vista el objetivo por el que se creó la PAC, que no era

otro que garantizar el suministro de alimentos a la población. En lugar de ello se empeñaron en

con
vertir al agricultor en paisajista. Se empezó a poner un sinfín de normas que dificultaban la
producción. Se perdió también de vista el carácter estratégico del sector primario impresc
indible
en tiempos de tribulacio
nes en los que guerras o pandemias dificultan o impiden el Comercio
internacional.
Se utilizó la agricultura como herramienta de intercambio con terceros países para
mejores acuerdos, permitiendo la libre entrada de alimentos (naranjas, aceite y vino de terceros

países).


¡Elecciones en el campo ya! Estamos en manos de gente que no defiende al sector agrario. La
falta de democracia en el campo, y el apesebramiento de las organizaciones agrarias, que
tienen asignada la representatividad a dedo por la Consejería por una ley derogada y con
certificados caducados, paralizan al sector.