El silencio blanco (Educación y manejo del siberian husky) - Irene Pérez Piñel

El silencio blanco (Educación y manejo del siberian husky)

Por Irene Pérez Piñel

  • Fecha de lanzamiento: 2016-12-01
  • Género: Animales domésticos

Descripción

(VERSIÓN PAPEL SIN FOTOGRAFÍAS -ACCESIBLES ONLINE-) Los huskies son escapistas, y no se les puede soltar nunca.

No obedecen, y son tercos y obstinados.

Se van con cualquiera, hacen caso a todo el mundo menos a ti.

Son muy independientes y desapegados.

Como son perros de trineo, tiran mucho de la correa.

Y no son nada cariñosos.

Y es normal, porque son razas primitivas, emparentadas con el lobo.

De hecho, son como lobos.

O no.

Si convives con un husky, habrás escuchado esto alguna vez.

O muchas veces.

Y pensabas que eso era fantástico, perros primitivos, como lobos, pero que tú podrías manejar eso.

Que seguro que eras capaz de conseguir que tu husky te siguiera a todas partes como un malinois, te obedeciera al instante, y se mostrara apegado y encantador a todas horas contigo.

¿Qué tal te ha ido?

Si la respuesta es bien, entonces deja de leer ya.

Si, en cambio, te invade el desconcierto, no entiendes de qué van estos perros, empiezas a darle la razón a regañadientes a quienes te afirman que “son así”, y estás pensando que quizá cometiste un error, tienes dos opciones.

Darle la razón a todo el mundo de modo abierto, y pensar que como son así, no hay nada que tú puedas hacer.

Y resignarte a convivir los próximos 15 años con un perro al que ni entiendes ni eres capaz de aceptar.

(Pero le quieres igual)

O leerte este libro, y empezar a mirar a tu husky con otros ojos.

Para luego cambiar tu actitud y tu modo de manejarle.

Fíjate en el matiz: cambiar a tu husky, no. Cambiar tu enfoque, tus expectativas y tu manejo.

Entonces, y solo entonces, empezarás a ver al verdadero siberiano que vive contigo. Y te prometo que te va a gustar.
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Ah, lo de que suelte pelo en cantidades industriales a todas horas no tiene arreglo. Este libro habla del comportamiento del siberiano, no de su capacidad para producir pelusas.