Antídoto contra la tristeza
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Por Pablo Ledo
Hacía tiempo que algo no me sorprendía y apasionaba tanto desde el primer momento que lo escuchaba. Si no recuerdo mal, la última vez fue con el álbum debut de "Clap Your Hands, Say Yeah" (2005). Y no es que no haya escuchado cosas fantásticas desde entonces, sino que no me han parecido que tengan la frescura, alegría, sencillez de ritmos y armonía que se encuentran en este álbum.
La simpleza con la que se mezclan los instrumentos con ese toque de ritmo naíf, es lo que me ha enamorado como en su día lo hizo "Clap...".
Por eso este álbum es capaz de alegrar a quién lo escucha con la misma sencillez que tiene un niño para reír o soñar.
Tendré que seguirles la pista por el Myspace, para ver cuando estos Neoyorquinos vienen a Madrid...